Un asilo de ancianos de Japón ubicado en Kitakyushu “contrata” bebés para que acompañen y hagan feliz a los residentes. A cambio de este gran trabajo les dan pañales y leche en polvo.
Estos singulares “empleados” deben tener menos de cuatro años y son sus padres quienes firman el contrato. Este acuerdo estipula que los bebés den “ir a trabajar cuando tengan ganas”. Además, pueden hacer una pausa “cuando tengan hambre o sueño”.
Cabe mencionar que los pequeños siempre estarán con sus madres, según explica la directora del establecimiento, Kime Gondo, “es como si los llevaran a pasear al parque”.
“Los residentes parecen estar muy contentos con los nuevos empleados, conversan con ellos y les dan abrazos”, agregó a directora.
Gondo señaló además que para principios de este mes llegaron más de 30 familias para inscribir a sus bebés y acompañar a más de 100 ancianos.