El We Tripantu —que en mapudungún significa “nueva salida del sol” o “nuevo amanecer”— es una de las celebraciones más importantes del pueblo mapuche. Coincide con el solsticio de invierno austral, el día más corto y la noche más larga del año, dando paso al renacer del sol y el comienzo de un nuevo ciclo agrícola, espiritual y comunitario.
Una conexión profunda con la naturaleza
La cosmovisión mapuche está íntimamente ligada a los ciclos de la tierra, el sol, la luna y las estrellas. El We Tripantu simboliza la renovación: el retorno de la luz, el despertar de las semillas y el fortalecimiento del equilibrio entre el ser humano y su entorno natural.
Durante esta fecha, familias y comunidades se reúnen alrededor del fuego en rucas o espacios ceremoniales, compartiendo alimentos tradicionales como catuto, muday, sopaipillas y mote, junto a cantos, cuentos y música interpretada con instrumentos típicos como el kultrún y la trutruka.
Ritos de purificación y renacimiento
La madrugada del We Tripantu es especialmente significativa. Las personas se bañan en ríos o vertientes para purificarse, liberarse de lo negativo del ciclo que termina y prepararse para el que comienza. Con el primer rayo del amanecer, se realizan rogativas y cantos ceremoniales para dar la bienvenida al nuevo ciclo solar.
Frases como “¡Akuy We Tripantu!” (¡llegó el nuevo año!) y “Wiñoy Tripantu” (ha regresado el sol) se escuchan como un saludo al nuevo comienzo.
Tradición viva en el sur de Chile
En la actualidad, el We Tripantu se celebra con fuerza en regiones como La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, incluyendo comunidades urbanas en Puerto Montt, Osorno, Valdivia y otras ciudades del sur de Chile. Incluso ha ganado espacio en el ámbito educativo y cultural como parte del reconocimiento y respeto por los pueblos originarios.
El We Tripantu es mucho más que una fiesta: es un momento de reflexión, de reencuentro con la naturaleza, de identidad cultural y de espiritualidad.